Little Amarillo es una pieza original de Eva Menezz realizada en 2024, de su nueva serie de Esculturas “Dwarf Planets”.
Pluto es la tercera de una serie escultórica que se sumerge en la ficción de una arqueología cósmica, donde cada pieza encarna no solo un cuerpo celeste, sino una atmósfera y un estado de materia radicalmente distinto. Inspirada en el planeta enano más lejano del sistema solar, Pluto se presenta como una reliquia atrapada en el tiempo, erosionada por siglos de temperaturas bajo cero, como si hubiera sido extraída de una superficie glacial o de una caverna sellada por el hielo interestelar.
El uso de tonalidades azules y grises no es meramente estético: estas pigmentaciones actúan como una piel simbólica, evocando el frío extremo, la distancia emocional y el aislamiento que definen a Plutón como entidad astronómica y mitológica. En contraste con los tonos volcánicos de Ceres y la energía bioluminiscente de Haumea, Pluto transmite una sensación de silencio mineral, de quietud glacial. Su superficie parece haber sido moldeada por el viento polar de una atmósfera inexistente, o bien por un proceso de sublimación, en el que el hielo pasa directamente al estado gaseoso dejando huellas físicas de esa transformación.
La pieza conserva el mismo lenguaje formal de la serie: una tensión entre lo geométrico y lo orgánico, entre los bloques que sugieren estructuras artificiales y las texturas que remiten a procesos naturales impredecibles. Sin embargo, Pluto se siente más contenida, más contemplativa, como si su narrativa fuera una elegía a lo distante, a lo no habitado, a lo que se encuentra más allá de los límites del calor y la vida tal como la conocemos.
En diálogo con Ceres y Haumea, Pluto completa un tríptico escultórico que traza un mapa de lo desconocido. Cada obra, aunque autónoma, forma parte de una cartografía de lo imaginario, donde la materia —madera y cemento— se transforma en portadora de narrativas cósmicas. Esta serie propone una nueva forma de mitología: una en la que los planetas enanos no orbitan el sol, sino la imaginación del espectador.