Utilizo un lenguaje sencillo y directo, que alude a la experiencia colectiva de la infancia y elimina así, las barreras frecuentemente existentes entre la obra y el espectador. Por ello, el propio soporte se expande, haciendo partícipe al observador de una experiencia semitridimensional, de la que acaba formando parte como un elemento más del cuadro.