Creando un patrón de colores, fui probando combinaciones posibles hasta que di con la que más me gustaba. En ésta pieza, la premisa era el juego por el juego, por la experimentación, la combinación de posibilidades, la no expectativa de un resultado correcto.
El juego de opuestos, el orden y el caos, la suavidad y brillo de la resina con el tacto más áspero y mate de la madera. Y el resultado, ésta pieza desenfadada, sin pretensiones, rotunda y sencilla como el dibujo de un niño